Literatura

La apacible conducta de la transparencia

Todavía: paráfrasis de un pronombre (2025)

En La Celestina, en un momento dado, Pármeno le advierte a Calisto: «A quien dizes el secreto das tu libertad». Curiosamente, algo parecido había escuchado yo (no recuerdo cuándo y no recuerdo a quién) en estas otras proverbiales palabras: «No hay persona más libre que aquella libre de secretos». El parecido, obviamente, sólo está en la sugerente contraposición de esos dos mundos: el de los secretos y el de la libertad; un parecido que, desde luego, inspira este poema que os quiero compartir. Es una incursión de todavías, un destape, sin reservas, en primera persona. Lo he intitulado: «La apacible conducta de la transparencia».

“Theirs was a comfortable love. A love that didn’t require fighting or hiding.” 

 ‒ Yaa Gyasi (Homegoing, 2016) ‒ 

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La apacible conducta de la transparencia

Destape, sin reservas, en primera persona

Crecer había entrañado opacarme,

vestir lo hecho, lo sido:

envainar mis meteduras de pata en un calcetín,

contener con una corbata la vergüenza,

los remordimientos con un cinturón,

llevar como interior la inapropiada ropa

de ciertos pensamientos, sentimientos,

bajo peluca, las esquinas menos complacientes de mi identidad,

cualquier episodio con horario de trauma, enguantado,

y tirantes, ante todo, tirantes,

por la sola razón de que no se me cayeran los secretos.

Pero entonces, tú.

Todavía sigue sorprendiéndome,

prenda a prenda, el desprendimiento.

Sé que me arropaste

y tanta textilizada opacidad se volvió superflua,

que contrajiste mi vulnerabilidad y no te enfermó,

que toda esa información activamente ocultada,

todos esos retortijones de palabras no dichas,

fueron goteando por mis labios hasta desimportar.

Pero no me explico,

de veras, no soy capaz de explicarme

cómo después de desnudarme completamente ante ti

estoy, aún, más que desnudo, transparente.

Partitura guitarra

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